Un medio de comunicación de nivel nacional vendría a Luján a entrevistar a quienes dieron una feroz golpiza a un periodista, al que luego también intentaron apuñalar dentro del Hospital de Luján. Es que el trabajador de prensa tras sus investigaciones dio a conocer las denuncias de los vecinos del barrio San Jorge, quienes advirtieron de la malversación de mercaderías por parte del comedor comunitario Una Luz de Esperanza, comandado este ámbito por Jorge Sánchez y Estela Altamirano, quienes desde hace un tiempo a esta parte cambiaron sustancialmente su estándar de vida. Pasando de tener de una moto china de baja cilindrada a tener un Ford KA, y actualmente a poseer un lujoso Renault Sandero. Por medio, según nuestras fuentes, de la venta de mercaderías que les llegan por medio de donaciones, además de la venta de bonos truchos puerta a puerta por valores de 500 pesos, en diferentes barrios y localidades.
Pero, como represalia por la exposición pública que tuvieron esas novedades, los Sánchez comenzaron a realizar una pegativa, con carteles que calumnian e injurian al trabajador de prensa que echó luz sobre el accionar de esta gente, y pretenderían victimizarse este miércoles que viene ante las cámaras de televisión de nivel nacional, aprovechándose estos personajes que esos medios de comunicación desconocen al trasfondo del asunto. Aunque bien valdría que los periodistas “de nivel nacional” pasaran por la fiscalía para corroborar los delitos en los que están involucrados quienes viven de lo ajeno ¿no? Cuanto menos como para no hacer el ridículo ante su público con un móvil de exteriores que no debe ser barato movilizar. Es decir que invertirán tiempo y dinero en una noticia que es falsa de medio a medio. Nos parece, dado que modestamente es nuestra opinión.
Y ante esta situación de intento de homicidio de una persona, en dos oportunidades en una misma noche, resultando ser el periodista que dio a conocer los procederes de estas personas. Hay otras causas penales que involucran a los “responsables” del supuesto comedor, siendo en realidad es un domicilio particular, en el que sirven comida en la vereda a quienes asisten con un recipiente, mientras que la fiscalía pidió la elevación a juicio, en las causas penales que tienen en su contra cinco integrantes de la familia Sánchez-Altamirano, ya que no solo golpearon al periodista en el barrio San Jorge, en la puerta de ese domicilio cuando el trabajador de prensa tomaba fotografías, con el registro de la existencia del vehículo con el que iban por Luján pegando carteles en su contra, el mismo Renault Sandero que quedó registrado en las cámaras de seguridad con un Jorge Sánchez que se bajaba, y mediante el uso de pegamento adhería los panfletos a las columnas de alumbrado y las paredes. Sino que además se tramita la causa por intentar apuñalar al periodista dentro del Hospital de Luján, cuando se hicieron pasar por pacientes y se metieron en el box, en el que los médicos le suturaban la cabeza al periodista con varios puntos, con la intención estas personas de apuñalarlo con una tijera de cirujano. Cosa que fue impedida por el personal de salud que valientemente enfrentó la situación, pudiendo ser lastimados incluso ellos, un enfermero, un médico y una médica. Quienes tras un forcejeo desarmaron a los delincuentes del elemento punzante.
En los carteles pegados por los Sánchez en diferentes lugares de la ciudad de Luján, se mencionaba que el periodista sería una especie de proxeneta, y que por medio de las redes sociales comercializa a menores de edad prostituyéndolas. Una locura que solo se le puede ocurrir a los Sánchez.
El mismo Jorge Sánchez sobre el que pesa hoy en día una restricción perimetral y no puede acercarse al domicilio del trabajador de prensa, cuando se sabe además de los antecedentes de Sanchez, que en su momento fue “exonerado de la Policía de la provincia de Entre Ríos, después de meterle una pistola en la cabeza a un comisario en su oficina”, según los dichos del mismísimo Jorge Sánchez. Testimonios que tenemos grabados en audios digitales de cuando él mismo contaba de esa situación, razón por la que se tuvo que ir de esa provincia del litoral y desembarcó en Luján. Y queda por su forma de actuar también en medio de una oleada de causas judiciales locales, que los ponen contra las cuerdas por sus malos procederes. Todo esto más allá de su devoción por Dios, como una especie de Pastor Evangelista. Siendo los Altamirano-Sánchez denunciados por sus propios vecinos por diferentes motivos, e “incluso con causas por violencia intrafamiliar”, tal como refieren diferentes fuentes. Por lo que se esperan sentencias al respecto.
Por eso como periodistas nos preguntamos ¿Los medios de comunicación de nivel nacional cómo chequean la información que ponen en pantalla? Porque terminan dando aire a quienes viven de lo ajeno, insultan, malversan e intentan matar a quienes los descubren en sus irregulares y repudiables acciones. Ya que resultan ser los Sánchez, además, militantes de la dentista trucha de Luján, la Giselle Rímolo de las dentaduras, quien también fue descubierta por investigaciones periodísticas, en otras causas que también son tramitadas por la justicia. Estando imputada Ximena Montes por ejercicio ilegal de la medicina y usurpación de títulos y honores. Quien recientemente se presentaba como candidata a concejal por Avanza Libertad, pero perdió las elecciones internas, y ante el escándalo político-mediático que se generó se dio a conocer quién era la candidata-dentista trucha, los referentes de ese partido político a nivel provincial acertadamente no le permitieron seguir proponiéndose como edil de cara al recinto del Concejo Deliberante lujanense. Y la volaron de un plumado, impidiendo que llegue a las elecciones de noviembre como segunda candidata”, tal como ella lo anunciaba en sus redes sociales. Y la dejaron en Pampa y la vía. Sacándose un collar de garrafas de encima. Así que políticamente se hizo justicia, por lo que “ahora falta el verdadero juicio en los tribunales, con la dentista trucha y los del comedor trucho sentados en el banquillo”, dicen los vecinos de la barriada de la ruta 192, los que conocen bien a estos personajes.
“La justicia es lenta, como siempre se dice, aunque estamos seguros que por las pruebas presentadas va a terminar siendo justicia. Pero, en el mientras tanto, por medio de diferentes contactos mediáticos los victimarios tratan de contar una historia diferente, quizás “tratando de salvar la ropa”. Por ello, como trabajadores de prensa, es que nos ocupamos de estas cuestiones y damos a conocer fehacientemente cómo son las cosas.
