LAS FOTOS: La locataria de un geriátrico pretendería abandonar a los abuelos

“Sucios, con piojos y llenos de cucarachas”,… “A uno de los internados le metieron los dedos en el recto, para deshacerle un bolo fecal, y le terminaron perforando el intestino,… se desangró y terminó muriendo”, declararon.

Los presuntos destratos, desatenciones y/o abandonos que padecerían los abuelos, internos en un geriátrico de Luján, habrían sido corroborados durante una inspección, realizada por parte de funcionarios municipales y provinciales, a partir de las denuncias penales realizadas en la Fiscalía de Luján por el periodista Osvaldo Cabral, que tras una minuciosa investigación entendió que no se debía perder tiempo y dar cuenta a la justicia, aportando las declaraciones de diferentes fuentes, que directa e indirectamente están involucradas.

Una mujer pretendería abandonar el lugar que alquiló como “geriátrico”, en las afueras de Luján, y casi a escondidas mudarse a otro domicilio, llevándose a los abuelos. Pero, resulta que los familiares, enterados periodísticamente de la situación se negaron a que los internos fueran trasladados. Puesto que tomaron conocimiento de lo que pasaba, puertas adentro, en este “asilo de ancianos” una vez que ellos se retiraban del lugar.

Todos sabemos que cada familia es un mundo diferente, que están quienes visitan casi a diario a los abuelos y quienes solo pueden hacerlo periódicamente, por diferentes razones. Pero, la situación de fondo es que en el lugar: “Había mucha mugre escondida, comida vencida,… a una de las abuelas al destaparla la encontraron durmiendo con cucarachas,… Incluso sacaron un aire acondicionado que había instalado, para gastar menos luz, y la dueña del geriátrico a la pasada hasta desenchufaba el ventilador. Así que los abuelos se morían de calor, literalmente…”, expresó una de las fuentes consultadas. Contándose “por lo menos 7 fallecidos desde que la denunciada se hizo cargo del lugar”, hace algo más de dos años. Siendo en su momento este geriátrico uno de los mejores de Luján, pero que cayó en desgracia con esta nueva y descuidada administración.

Si bien sería normal que habitualmente alguno de los ancianos fallezca, por cuestiones de edad y salud, el caso iría más allá. Puesto que se daría el “Cambio de medicación como se le antoja a XXXX (Mencionan a la locataria) ,… realmente como se le antoja”, según declaraciones de personas directamente relacionadas y presuntas “malas praxis” en la prestación del servicio de cuidado de ancianos: “A uno de los abuelos que tenía una constipación,… y que tenían que deshacerle un bolo fecal, con un enema, pero no fue suficiente, no pudieron sacárselo. Así que una de las chicas cuidadoras le metió los dedos en el recto y se lo sacó. Y ella estaba feliz de habérselo sacado. Pero le terminó perforando el intestino, y se desangraba. Manchó las sábanas. Así que al otro día se lo llevaron para la Clínica San José Obrero, y ahí se murió”, por lo que la justicia deberá corroborar cómo sucedieron estas situaciones.

Del mismo modo, ante las consultas periodísticas, se detectó que: “Los tienen dopados, les cambian la medicación como se les ocurre, sin que un médico diga lo que hay que dar o dejar de dar. Así no joden, pero al que se mueve lo atan en la cama o en la silla. Porque por turno solo hay dos chicas (cuidadoras, no enfermeras) , y con 20 abuelos no podés atender a todos juntos. Es imposible!”.

En este sentido diferentes fuentes detallaron que: “No se puede atender a tantos a la vez, porque mientras se le cambia un pañal a uno el otro todavía está comiendo. O mientras a una abuela la estás peinando al otro abuelo se le vuelca lo que está tomando. Pero XXXX (Mencionan a la locataria del geriátrico) viene 15 o 20 minutos nomás, al mediodía. Les cobra a los parientes y se manda a mudar,… y ni la llames por teléfono para contarle algo que ha pasado porque te reputea, te dice de todo”. Y agregaron: “O cuando viene el doctor XXXX (Mencionan al médico contratado para atenderlos), se la pasa charlando con ella, se cagan de risa, pierden tiempo. Si los vemos como se coquetean por las cámaras de seguridad, se la pasan hablando pavadas y al rato se van. Pero firmaron todo y listo, a los abuelos no les dedicaron tiempo de atenderlos, y hasta el miércoles de la semana siguiente no aparece el médico…”, detallaron.

En referencia a situaciones de “coquetería” por parte de la locataria, no sería el médico el único que llamaría la atención de la denunciada penalmente, sino además alguno de los nietos de los abuelos allí internos, ya que habría despertado el interés de esta mujer que se cuida mucho físicamente, asistiendo habitualmente a un reconocido gimnasio. Dado que esta señora incluso se habría manifestado al respecto: “Ojito, eh! Que ese es para mí”, dicho de manera tajante, en un comentario dirigido a una de las cuidadoras que presta servicios en el lugar, la que solo dialogaba en el geriátrico con un joven que había llevado medicamentos para su abuelo.

Incluso, en tiempos de fiestas navideñas, según diferentes fuentes, la locataria: “Se llevó para su casa los panes dulces, las sidras y los champagnes de marca, que los familiares llevaban para que los abuelos brinden, igual que los jabones y champús de calidad. Se lleva todo…”, y a los internos: “Los tenés que bañar a todos con el mismo jabón, con el mismo champú. Y XXXX (Mencionan a la locataria) no es capaz de comprar un piojicida. Y si un pariente lleva porque le avisamos, a ese veneno para los piojos lo tenemos que repartir con el resto de los abuelos,… Pero es imposible matar a todos los piojos,… y sino a las abuelas hay que peinarlas con un rodete, como para que se contagien menos. Pero igual se lastiman al rascarse… Están muy infectadas”, declararon.

En cuanto a las funciones que cumplen las pocas empleadas que prestan servicios en el lugar, en negro, sin estar reconocidas en sus derechos laborales, hacen lo que pueden con los pocos elementos que tienen a la mano. Porque incluso por decisión propia las cuidadoras han ido a comprar con recursos propios alcohol, para limpiar la pierna agusanada de un abuelo, sin siquiera ser enfermeras: “Es que XXXX (Mencionan a la locataria) no nos traía alcohol ni desfinfectante, para limpiarle y matar a los gusanos que tenía XXXX (Mencionan al interno). Porque si seguía así le iban a terminar cortando la pierna. Y cuando cobramos a duras penas unas horas extras, fuimos a comprar alcohol al kiosco del barrio. Y le limpiamos todo,… Tenía muchos gusanos,… Le salvamos la pierna al pobre abuelo. Que tiene un sobrino que no vive acá y solo paga la internación por trasferencia. Vino un par de veces nomás…”, especificaron nuestras fuentes.

En esta casa de cuidado de adultos mayores se encuentran internos unos 20 abuelos, los que según diferentes fuentes se encuentran: “Sucios, con piojos y con escaras, y todo está lleno de cucarachas”, por lo que ante las denuncias realizadas en la Fiscalía por el periodista Osvaldo Cabral, en lugar de poner en orden ese domicilio, en vez de bañar a los ancianos y limpiar y desinfectar todo, la denunciada pretendería escaparse, en una ilógica y cuestionable reacción. Llevándose a los ancianos a otro domicilio, al que pretendía mantener en secreto. Pero, que de todas maneras ya identificamos. Siendo esta nueva dirección muy próxima al viejo cementerio local, en el barrio El Quinto. Un domicilio que, según tomamos conocimiento, está muy relacionado al esposo de la locataria, que también tiene a su cargo otro geriátrico, del mismo modo denunciado, aunque en plena zona céntrica de nuestra ciudad.

Los familiares de los internos están indignados, ya que por medio de la investigación periodística advirtieron lo que sucede en el lugar. Un espacio que cambia radicalmente cuando ellos se van: “Es una puesta en escena, porque se van los parientes y se acaba el amor por los viejitos”. Ya que las cosas no son tal como se muestran en las redes sociales: Porque, “mientras muestran como que los abuelos comen bien, publicando fotos de platos con milanesas y ensaladas en Facebook, la verdad es que se la pasan tomando sopa”. Con una locataria que: “Prácticamente no va, y cuando aparece se queda por 15 o 20 minutos y se manda a mudar. A los abuelos los tiene así nomás, con piojos y cucarachas”. Una situación que fue corroborada por funcionarios que inspeccionaron el lugar, según diferentes fuentes.

La justicia, por su parte, se ha encargado con celeridad de tomar declaraciones, citando a los familiares de los abuelos internos, quienes se presentaron en el ámbito de Investigaciones Complejas de la ciudad de Mercedes, y cada uno contó lo que sabe, de lo que se ha enterado por parte de otros familiares y por medio del  periodista que investigó el caso. Por lo que se esperan acciones concretas ante lo que sería “un abandono de persona”, según fuentes judiciales.

¿Llegará a determinar la justicia lo que ha pasado con algunos abuelos, y corroborar específicamente si, tal como han declarado las testigos, al meterle dedos por el recto se le perforó el intestino a un abuelo, quien habría terminado muriendo desangrado?

Y si se puede determinar que las cosas ocurrieron como dicen que ocurrieron: ¿Qué pena podría caberles a los protagonistas de estas “presuntas malas praxis”?