LA ODONTÓLOGA TRUCHA DE LUJÁN: AVANZA FÍRMEMENTE LA CAUSA PENAL CONTRA XIMENA MONTES, POR EJERCICIO ILEGAL DE LA MEDICINA

SE AUTOPERCIBE COMO UNA EXITOSA DENTISTA

Desde la Fiscalía de Luján se han llevado adelante actuaciones precisas, referidas a la toma de declaraciones a aquellas personas afectadas por malas prácticas, por ejercicio ilegal de la medicina, por parte de Ximena Montes, que se autopercibe como “una de las mejores odontólogas de Luján”, tal como incluso era definida por su propio esposo Gustavo Miano en sus círculos de amistades, promocionándola como una profesional de gran categoría, a pesar que ni siquiera tenían una habilitación en los diferentes consultorios donde operaban.

Tal como lo anticipamos en su momento, se trata de un escándalo de dimensiones, debido a que “por lo menos por 20 años trabajó en Luján y en Capital federal”, afectando a muchas personas que aún hoy en día y desde hace mucho tiempo, se ven afectadas por las indebidas incursiones realizadas por “La Gisele Rímolo de las dentaduras” en sus consultorios truchos, una condición que pasó inadvertida por casi todos en nuestra ciudad, hasta que encontramos motivos suficientes como para investigar el caso y dimos en la tecla, “Ximena Montes es una odontóloga trucha”, según nuestras fuentes.

Fue así que informamos públicamente de esta situación anómala, la que databa desde hace años en una práctica ilegal que generó grandes recursos económicos, y aportamos a la justicia los datos de quiénes eran muchas de las personas afectadas, las que logramos encontrar en nuestras investigaciones, siendo que incluso Montes trataba a personas afectadas por cáncer infantil y cáncer de estómago, e inclusive a personas afectadas por el Sida, todos “pacientes” de Montes atendidos con instrumental que no era tratados con un autoclave de esterilización que estuviera habilitado. Exponiendo a todos a cualquier contagio, incluso al Coronavirus, porque Ximena Montes atendía a personas en plena restricción de la pandemia, incluso a quien fue candidato a intendente por el peronismo local en las últimas elecciones, cuando los odontólogos habilitados, matriculados, y con altos costos de alquileres, con empleados, con todo lo que implica tener un consultorio en marcha, no podían trabajar, no podían atender a nadie por meses, pero Montes “se llenaba de plata” a riesgo de la salud de todos los incautos que caían en sus garras.

Era el mismísimo Gustavo Miano, su esposo, quien afirmaba a sus amigos que “Ximena es una de las mejores odontólogas de Luján”, quien le hacía la cubierta a la dentista trucha. Y colaboraba con la actividad ilegal de atención de “pacientes” en su propia casa, dado que por sus propios dichos era el encargado de ir a comprar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, todos los materiales que se necesitaban en el consultorio trucho que juntos instalaron en un departamento de la calle Carmen Gutiérrez y Vélez Sardfield, y también en el consultorio de la calle Hipólito Irigoyen 1441, entre Güemes y Lamadrid, lugar donde incluso viven actualmente, y tienen el sillón de odontólogo instalado dentro de un lavadero junto a la cocina.

Según el relato de los “pacientes” en los testimonios que recogimos en nuestras investigaciones, y que corroboraron en la fiscalía, quienes no sabían que era una dentista trucha eran atendidos en el sillón de odontología del lavadero, un lugar disfrazado como consultorio, al igual que el consultorio que tenían en la calle Mariano Moreno al 700, entre Almirante Brown y 25 de Mayo, y el de Avellaneda entre Rivadavia e Italia. Pero, quienes estaban enterados que Ximena Montes era trucha, que “no tiene habilitación y ni siquiera estudios realizados en la profesión de odontóloga”, eran sentados en una banqueta de madera en la cocina, y escupían en la pileta, en plena faena de esta mujer que los carneaba de la manera más salvaje. Rematándoles los dientes con un torno, y pegándoles las prótesis a mansalva, cobrando grandes cifras por labores supuestamente profesionales.

Según nuestras fuentes se trataba de una actividad económica fraudulenta, en la que incluso daba facilidades de pago a sus clientes. Los que siguen padeciendo esas intervenciones, con dolores, infecciones, malos olores en su aliento: “Siento gusto feo y olor a podrido en mi boca, por las bacterias que se formaron entre los dientes” detalló una joven entrevistada, la que bajó unos 40 kilos de peso por no poder comer, con la ingesta de grandes cantidades de medicamentos para poder sobrellevar sus días, ante los tremendos dolores.

Y, vale mencionar que, incluso, recientemente murió una joven mujer con cáncer de estómago, quien era atendida por Montes, y en su relato cuando logramos entrevistarla, nos manifestó que había ido varias veces a reclamarle a la dentista trucha a la casa de la calle Hipólito Irigoyen, porque la dentadura que le había puesto le quedaba grande, y sospechaba esta “paciente” que los dientes que tenía puestos eran usados. Por lo que por su propia cuenta se rompió un pedazo de muela, para que de esa manera la prótesis quedara ubicada más atrás, y así poder cerrar la boca y masticar mejor.

Estos son algunos detalles macabros, de lo que es el penoso historial de Montes, la que se autopercibe como una exitosa odontóloga. Porque la gran cantidad de testimonios de sus víctimas son tremendos, y dan escalofríos a cualquier persona normal. Por eso es inentendible que Ximena Montes ni su esposo Gustavo Miano hayan pedido perdón públicamente por todo el daño provocado en muchas personas, las que están a la espera de que se haga justicia, porque siguen con problemas, están sin dientes, perdieron trabajos, dinero y salud, y todo por un delirio de creer que nada iba a pasar. Pero, como periodistas dedicados a las investigaciones, descubrimos la gran mentira.