UN SINDICALISTA QUE RESULTA INÚTIL PARA DEFENDER A SUS AFILIADOS

Sergio “Cucurucho” Gauna se presentó en la empresa Diarco, en las afueras de la localidad de Jáuregui, y ante sus afiliados intentó justificarse por su propia inutilidad, dado que supuestamente no podía reincorporar a un trabajador despedido.

Lo cierto es que este sindicalista del gremio de mercantiles, del sindicato de empleados de comercio, tan denunciado por empresarios y muchos comerciantes como “un apretador profesional”, según diferentes fuentes gremiales de su propio espacio, habría llegado a “un acuerdo con el hipermercado, en el que ambos salen ganando, porque así adoctrinan a los laburantes. Por un lado Diarco no tiene quilombos y por el otro al gremio nadie va a romper los huevos”.

Es que Sergio Omar Gauna, con sus peculiares actitudes, incluso según dicen las malas lenguas teniendo a trabajadores en negro en su ámbito familiar y maltratándolos al extremo, demuestra en la medida que pasa el tiempo que “sus intereses son únicamente personales”, una cuestión confesada por sus propios pares, algunos de ellos incluso ex compañeros de escuela, quienes lo recuerdan en su paso por el Colegio de los Hermanos Maristas, quienes lo tienen catalogado como un “resentido social, un tipo que envidiaba la vida de los otros pibes de la escuela, por no tener él lo que los demás tenían”. Y, al parecer, su tiroteado ascenso en el ámbito sindical le habría dado posibilidades de tomarse revancha, al menos en lo económico. Pero, menospreciando a los trabajadores, algo que resulta paradójico, puesto que “en lugar de diferenciarse de la gente de guita que odiaba, se transformó en uno de ellos. Y no con plata generada con laburo sino con tranzas. Porque si fuera empresario vaya y pase, pero él cuenta guita ajena”, quizás por ello “tiene una máquina de contar billetes en su casa”.

Más allá de detalles íntimos que podremos seguir descubriendo sobre este triste personaje sindical, que tiene que andar para todos lados con custodia (“a falta de huevos”), lo cierto es que como secretario general no puede impedir que las empresas despidan a trabajadores sin motivos, o en todo caso forma parte de la casta que explota a los laburantes. A las pruebas nos remitimos, “Sergio Gauna sindicalmente es un inútil”, confiesan sus colegas entre sonrisas. Por no decir que los demás sindicalistas se le cagan de risa.