¿Por qué siempre le mentimos al médico?

Si ya lo decía House: “Todo el mundo miente. Incluido tú. Y, venga, vale, yo”.

Por Rafael Galán

Algo tiene el ser humano que cuando está delante de un médico, sea este dentista o sea este el chaval que todavía está estudiando la especialidad y que te hace el repasillo en el reconocimiento de empresa, no puede evitar mentir. Nos referimos a pequeñas mentiras: con qué frecuencia hacemos ejercicio (es nunca, pero nosotros decimos que tres veces por semana, que si andamos, que si esto y que si lo otro), cuál es nuestra dieta (básicamente nos alimentamos de Frosties por la mañana, Riskies a media mañana, cocido madrileño para comer, Panteras Rosas y Tigretones para merendar y marisco para cenar). Porque resulta que entre un 60 por ciento y un 80 por ciento de los seres humanos le hemos mentido alguna vez a nuestro médico acerca de información que podría afectar nuestra salud. Como te podrás imaginar, no nos referimos a consultas que tengan que ver con enfermedades graves, y como ya habrás dilucidado tú mismo, sin ayuda de nadie, mentimos para evitar ser juzgados. A lo que añadimos: en el caso de los reconocimientos de empresa, lo hacemos para acabar más rápido.

Y no, los porcentajes no nos los hemos inventado en el departamento de Porcentajes Al Albur de Esquire.es. De acuerdo con un estudio de las universidades de Utah, Michigan, Iowa y el Middlesex Community College que acaba de caer en nuestras manos, entre el 60 y el 80 por ciento de las personas no comunican a sus médicos información que podría ser relevante para su salud. Y resulta, también según este estudio, que no sólo mentimos sobre nuestra (pobre) dieta y sobre nuestra falta de ejercicio. Además tendemos a obviar que no seguimos las instrucciones del médico cuando no estamos de acuerdo con a) su tratamiento y b) su diagnóstico. Si eres padre y frecuentas a pediatras, te puedes hacer una idea a lo que nos estamos refiriendo.

“La mayoría de la gente quiere que su médico piense muy bien de ellos”, dice la autora principal del estudio, Angela Fagerlin, Ph.D., investigadora del Centro de Innovación en la Toma de Decisiones y Ciencias Informáticas (IDEAS) del Sistema de Salud de Salt Lake City. “Están preocupados por ser encasillados como alguien que no toma buenas decisiones”, matiza.

Cuando los encuestados explicaron por qué no eran transparentes, la mayoría dijo que querían evitar ser juzgados, y no querían que se les diera clases acerca de cuán malos eran ciertos comportamientos. Más de la mitad estaban simplemente demasiado avergonzados para decir la verdad.

La información sobre la relación médico-paciente es fruto de una encuesta a 4.510 personas, 2.011 con una media de 36 años y 2.499 participantes con una media de 61. A los encuestados se les presentaron siete escenarios en los que un paciente podría sentirse inclinado a ocultar los comportamientos de salud de su médico y se les pidió que seleccionaran todo lo que les había sucedido. Luego se les pidió que recordaran por qué hicieron esa elección.

“Me sorprende que un número tan importante de personas decida retener información relativamente benigna y que lo admitan”, dice Andrea Gurmankin Levy, Ph.D., MBe, profesora asociada de ciencias sociales en el Middlesex Community College en Middletown, Connecticut. “También debemos tener en cuenta la interesante limitación de que los participantes de la encuesta podrían haber ocultado información sobre lo que retuvieron, lo que significa que nuestro estudio ha subestimado la prevalencia de este fenómeno”. Como con todos los estudios hay que cogerlos siempre con pinzas: son divertidos para hablar sobre aspectos de la naturaleza humana, pero a) siempre se quedan cortos, y b) en el fondo, nunca se puede generalizar (piensa que en este caso, además, el estudio es estadounidense).

Aunque no van desencaminados. El año pasado la plataforma de citas médicas DocPlanner publicó una encuesta realizada en España que destacaba que el 40% de los españoles mentíamos en la consulta del médico por no querer revelar ciertos aspectos de la intimidad, a un 28% le daba, sencillamente, vergüenza y otro 28% quería ocultar que había hecho algo malo para su propia salud.

Y si vais cortos de mentiras…

El problema de fondo, como te podrás imaginar, es que si los pacientes mienten, los médicos no pueden ofrecer consejos médicos precisos porque, sencillamente, no tienen todos los datos. Ahora bien, si vas a mentir, mejor que tengas preparado un buen arsenal de trolas. ¿Sabías que hay un wiki con todas las mentiras que le contaron los pacientes en House a lo largo de todas las temporadas de la serie? Ya que lo hemos encontrado, lo compartimos con vosotros. Sobre todo por si ya no sabes qué decir (u ocultar) en los reconocimientos de tu empresa.